La verdadera disrupción de la IA no radica en reemplazar personas, sino en dejar obsoletos a quienes no sepan liderar con ella.

Aunque el 85 % de las empresas ha adoptado algoritmos, solo el 3 % obtiene resultados significativos. El problema no es técnico, sino cultural y está en el nivel del liderazgo

Muchos ejecutivos toman decisiones sin comprender la lógica algorítmica que las respalda. Esto crea una desconexión entre la tecnología y quienes la deben dirigir.

Para cerrar esta brecha, se proponen cuatro capacidades clave:

  1. Alfabetización algorítmica — entender cómo funcionan los algoritmos para tomar decisiones informadas.
  2. Aplicación estratégica — implementar IA donde realmente genere valor.
  3. Liderazgo ético y gobernanza — actuar con responsabilidad y transparencia en ausencia de marcos regulatorios claros.
  4. Gestión del cambio cultural — acompañar la transformación organizacional más allá de la tecnología en sí.

Se destacan casos como IKEA, Microsoft, IBM y Nestlé, que demuestran cómo un liderazgo activo y ético puede guiar una adopción de IA transformadora y responsable.

El mensaje central: no es la IA la que debe estar preparada, sino los líderes; deben orientarla con criterio humano, visión y responsabilidad estratégica.