En solo un año, los videos generados por inteligencia artificial han alcanzado un nivel de realismo sin precedentes: movimientos, expresiones faciales, iluminación y sincronía labial son tan precisos que incluso expertos tienen dificultades para detectar si son falsos.

🎥 Según el informe citado, herramientas de video-sintetización y modelos como Runway, Pika, Sora y Kling han reducido los tiempos de producción de días a minutos, generando contenido hiperrealista sin cámaras ni actores. Esto ha abierto un nuevo frente en publicidad, cine y redes sociales, pero también una crisis de confianza digital: los deepfakes ahora pueden influir en la opinión pública o manipular evidencias visuales.

⚠️ Expertos advierten que la frontera entre lo real y lo generado se ha desvanecido, lo que exige regulaciones urgentes, tecnologías de detección y marcas de agua digitales obligatorias para frenar la desinformación.


Consecuencias importantes:

  1. Implica riesgos mayores de desinformación (videos falsos que parecen auténticos).
  2. Nuevas oportunidades para cine, publicidad, entretenimiento, pero también para fraude.
  3. Necesidad urgente de herramientas de verificación, trazabilidad y “marca de agua” digital de IA.