La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI) acordó este 1 de diciembre de 2025 un incremento del 20% al salario mínimo general (SMG) que entrará en vigor el 1 de enero de 2026.
Esto implica que el salario mínimo de 278.80 a 315.04 pesos diarios y que el salario mínimo de la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) se incremente de 419.88 a 440.87 pesos diarios.
🔗 Fuente oficial: Gobierno de México – STPS
Esta decisión —celebrada por el gobierno y el sector obrero, pero no respaldada por el sector empresarial— es parte de una política que busca recuperar el poder adquisitivo en México.
Según la STPS, el salario mínimo ha crecido 110% en términos reales desde 2018, lo que no ocurría desde hace más de cuatro décadas.
Pero más allá del logro histórico, el reto operativo y financiero para las empresas es enorme, especialmente para las áreas de Recursos Humanos.
En el grupo de WhatsApp de Tribus RRHH, múltiples especialistas ya están debatiendo los efectos del alza. Aquí recopilamos las implicaciones más relevantes, tanto desde la conversación de la comunidad como desde fuentes oficiales:
Toda persona trabajadora con salario mínimo debe recibir el nuevo monto a partir del 1 de enero. No hacerlo podría derivar en sanciones de hasta 5,000 UMAs por trabajador.
Las cuotas obrero-patronales y aportaciones al Infonavit aumentarán automáticamente si el colaborador gana el SMG.
Si el salario está por encima, la empresa debe hacer la modificación manual a través del IDSE o SUA.
El aumento afecta directamente el cálculo de:
Además, puede generar presión interna si los sueldos de mandos bajos quedan cercanos al nuevo mínimo.
El aumento del salario mínimo es más que una cifra simbólica: es una ola de ajustes legales, financieros y humanos. Las empresas no pueden esperar al DOF o a que inicie enero. La anticipación es clave.