Es vital empezar cada acto de la vida con una intención, para empezar el día. La intención es una energía. Al crear esa intención de manera consciente, se empieza a crear el destino conscientemente.
Es fundamental vivir con una intención para poder ver la vida desde una perspectiva diferente. Cargarse de energía. El juego de la vida se está tratando hoy en día en la manera en que se gestiona la energía, en un ejercicio de gestionar nuestra vida. La energía vital es la que da vida a cada célula del organismo.
Cuando una persona se enfoca en su vida diaria, se conecta con "su testigo", se conecta con el que se da cuenta, con esa parte de sí mismo, que se da cuenta de lo que se está logrando en su vida. Desde ese estado de expansión se puede enfrentar la vida con ojos nuevos, con curiosidad, está a su vez le permite ver las oportunidades que se pueden tener en cualquier campo de la vida, y transformar las situaciones en algo positivo. Colocando todo a su favor.
Lo que se ve que casi nadie hace es trabajar en sí mismo, transformando su mundo desde adentro. Al hacer un alto en la vida es el momento se encuentra un momento de eternidad que se pueden encontrar en la vida cotidiana.
Kobe, -cuando estaba en la zona- , detiene su perspectiva, antes de hacer un tiro, él se detiene, y detiene su mundo, a un punto en el cuál puede estar jugando, cuando su mente está absolutamente quieta. Esto conecta con el concepto de "Testigo". Aquí la mente está enfocada, la mente está observando mientras se está actuando.
La dinámica de la vida es interior, si no se ha ganado la victoria interna, el mundo a nivel personal puede no tener unas bases sólidas, ante cualquier circunstancia se puede venir abajo.
En el sentido metafórico, el centro de gravedad corresponde al propósito, - el centro personal - es lo que se debe aprender a gestionar. La mirada y la postura debe ir dirigida hacia dónde se quiere ir. Para un esquiador el secreto para avanzar no está en poner su mirada en los árboles, sino en el camino que hay entre los mismos.
Una persona no se puede rescatar en el espacio "macro", sino se puede rescatar en el espacio "micro". Se debe realizar un ejercicio de aquietar la mente antes de hablar .
Se puede ver la vida como si éste fuera un juego, uno en que de manera infinita le permita ganar a la persona.
Cuando se quiere: competir, llegar más rápido, ser el mejor. Está clase de juegos apoyan para continuar ganando y generando mayores resultados.
Esto va más allá de competir con los demás, es un reto consigo mismo.
El secreto de jugar está en saber "mantenerse" en el juego. Apoyado en un proceso de reinvención en donde se cuenta con las herramientas necesarias para hacer esto posible.
Reinventarse es un proceso dónde de manera sistemática se busca expandir todo lo se hace en la vida, creando así cada día una mejor versión de sí mismo a partir de lo mejor que tiene cada cual y desde allí obtener resultados extraordinarios.
Partiendo del agradecimiento, se hace un inventario de todas las bendiciones, para que no se olviden. Generando una nueva versión partiendo de la visión y propósito personal.
Reinvéntate es un arte de expandirse para crear esa mejor versión que permite adaptar el mundo a lo que quiere la persona y no buscar acomodarse a lo que el mundo dicta para cada uno.
Si no se tiene una visión se está sobreviviendo. La visión personal es algo que nadie puede arrebatarle a alguien.
En cuantas cosas que no se quieren se termina involucrando una persona. Depende de la perspectiva que está lo mire, si se enfoca en lo que se quiere, es donde se da toda la diferencia. Esto requiere de tener una visión clara.
Debe ser una práctica diaria el buscar enfoque, y a partir de allí todo se da. Desde el programa de Reinvéntate se busca que la persona sea feliz, utilizando herramientas como el "diseño humano" para lograr de manera gradual el conocimiento interior. Haciendo el inventario de activos con los que se cuentan. Reconociendo cuáles son las divinas obsesiones. Si se tiene clara la visión se van creando los caminos, que le permitan a la persona soñar, sabiendo cuáles son sus superpoderes, que permitan crear valor de manera extraordinaria.