Realmente, la llegada de cada nuevo ser es un evento tan grande y milagroso, que me sigue quitando el aliento. Llega un ser desde el mundo espiritual con valentía e intención de cumplir con su tarea personal en la tierra. Es nuestro deber honrarlo y recibirlo de la mejor manera posible. Por eso, cuando un bebé llega a nuestro hogar, nuestras vidas cambian absolutamente.
Y ofrecerle una acogida suave y cálida, se vuelve crucial.
¿Cómo nos preparamos para semejante evento?
Recordemos esa tradición de las abuelas de mantener a las madres y a los bebés muy protegidos, dentro de su casa, por los primeros cuarenta días. La famosa Cuarentena postparto, siempre ha sido considerada un periodo sagrado, y con justa razón. Tu bebé es un ser celestial que tiene que penetrar su cuerpo y acostumbrarse a las leyes del mundo físico. Está llegando a la tierra, adaptándose a este ambiente, y tiene una ardua tarea: conocer su cuerpo, conocer el mundo, relacionarse con sus padres, descubrirse a sí mismo.
Cuando nace un potrito, un becerro, un bebé elefante, en 20 minutos están listos para ponerse de pie y caminar, siguiendo a sus madres. El ser humano es el único que tarda más de 20 años para estar completo. Y como recién nacido, es extremadamente vulnerable. Es por ello que requiere de los mayores cuidados y atenciones. Mientras lo vemos aparentemente dormido e indefenso, la sabiduría de su naturaleza está actuando segundo a segundo para crecer, para adaptarse y despertar paulatinamente a la vida, de manera que su Yo pueda tomar posesión de su nueva casa y desarrolle las tres hazañas más impresionantes de los primeros años: andar erguido, hablar y pensar. Pero de eso hablaremos en otra ocasión.
¿Cómo ofrecer las mejores condiciones para el recién nacido?
Protegiéndolo y dejarlo ser.
Normalmente, no necesita estimulación externa, ni juguetes exóticos, ni matemáticas. Confía en la evolución natural de sus procesos vitales.
Mamá sigue compartiendo con el bebé sus fuerzas vitales. Ella es su única isla conocida, su consuelo, su fuente de alimentación y protección.
Bebé y mamá permanecen unidos, aunque el cordón umbilical físico se haya cortado. Los primeros 40 días son mágicos y especiales, ya que se trata de establecer una relación entre ellos. Depende de ti lo que decidas hacer con este periodo, que no regresa. Quizás las abuelas sabían algo al cerrar la casa durante La cuarentena, cuando mamá y bebé se quedaban en casa y solo pocas personas podían visitar a la nueva familia.
La madre, al contemplar a su hijo o hija, se preguntará: ¿Quién es este ser? ¿Qué tenemos que hacer juntos en esta vida? ¿Por qué me elegiste a mí?
Y ojalá llegues a la conclusión de: “Este ser y yo nos escogimos mutuamente. Tenemos trabajo qué hacer.”
Es el momento de fundar tu familia.
Como dice la Dra. Martha Zapién: “Tú decides que esta experiencia sea importante en tu biografía, tú lo decides; (en estos 40 días) estarás en tu mundo, construyendo una relación con tu bebé.”
Para la nueva madre es muy importante asumir su nuevo papel; es quizás el paso más fuerte, el cambio más grande que puede darse en la vida de una mujer: ser madre, siempre, pero sobre todo la primera vez.
Adaptarse a este rol será diferente para cada quien. Mamá tiene que pensar qué es lo esencial para ella.
Por eso, lo que buscamos es generar todas las circunstancias conducentes a que ella pueda reconocer y aprender a responder a las necesidades de bebé y que su cuerpo genere la leche materna al paso del tiempo.
Y recordemos que además del estrés por recibir al nuevo bebé, aparecen nuevos e inesperados retos: retos financieros, retos en la relación; ambos padres están sin dormir, tienen que acostumbrarse y hacerse a la idea de su nuevo rol como padres. Papá tiene aquí un papel preponderante, pues será el encargado de proteger a su nuevo núcleo familiar, y apoyar a mamá en todo lo que pueda. Sí, Papá, tu papel es crucial para proteger este momento sagrado. Gracias por ser el celoso y fiel guardián de tu familia.
Mamá necesitará ayuda con la casa, con la comida, con la limpieza de la casa, con la lavada de la ropa…
Antiguamente, vivíamos en comunidad y todo esto era obvio. Hoy en día, vivimos separados; pero si es posible, hay que hacer todo lo que sea necesario para aliviar la carga y que mamá se dedique lo más posible a conservar su energía para el bebé. Muchas parejas eligen estar aisladas, arreglárselas solos, encontrar su nuevo ritmo como familia. Es muy respetable, pues cada persona es diferente, cada familia y sus circunstancias son especiales y únicas.
Todo lo que compartimos aquí es algo que estamos proponiendo UNA forma de hacer las cosas, porque cada ser humano es diferente y eso es maravilloso
Lo más importante es que mamá esté tranquila.
Que la maternidad no sea vista como una carga, sino que puedas estar descansada, compartir con tu pareja en su caso, y sentirte apoyada por tu ambiente para que estés en tu mejor momento!
¿Qué necesita el bebé al llegar al mundo?
Menos de lo que crees; de hecho, lo que necesitan es que todo sea “minimalista”.
En su primer periodo de contacto con el mundo físico, el bebé recién nacido necesita de tiempo, mucha paz y tranquilidad; al igual que la madre, en lo posible.
Mientras el cuerpo físico del niño en realidad pasa por enormes cambios durante el apacible proceso de crecimiento, el alma penetra gradualmente en el cuerpo a partir del nacimiento.
Asimilamos el mundo por tres portales:
• Los sentidos
• La nutrición
• La respiración
Recordemos que todos sus instrumentos psíquicos, biológicos, anímicos, son una “tabula rasa”, un espacio en blanco donde existen todas las posibilidades. Mediante estos tres portales, el bebé recién nacido está embebiendo su experiencia del mundo.
¿Qué necesita saber el niño en los primeros 7 años y, ciertamente, en sus primeros 40 días?
El mundo es bueno
Estamos invitando al niño o a la niña a quedarse; le damos la bienvenida, porque nosotros también tenemos la convicción de que el mundo es bueno.