Creando vínculos y conexión


En esta etapa, el bebé necesita de todo el apoyo y la presencia de sus padres. La manera en que se relacionan con el mundo es a través del llanto y de su alimentación. Por eso es tan importante atenderlo cuando despierta.

No somos partidarios, en absoluto, de ignorar al bebé que llora. Esto es absurdo. Es muy importante que se sienta atendido, escuchado. No es cierto que se van a “embracilar” (qué rara palabra…) si los cargas mucho. Si una o un bebé identifica que cuando necesita algo, es atendida o atendido, sentirá seguridad; podrá descansar, podrá incluso dormir mejor.


El bebé llega al mundo y se pregunta:

¿Estoy en un lugar seguro?

¿Mis necesidades son atendidas?

Es muy importante darles esa seguridad

en esta etapa, donde quieren saber que

“El mundo es bueno.”


En los primeros 40 días los padres están estableciendo un lazo que durará para toda la vida. Es muy importante reconocer la santidad de este periodo, y hacer de cada acto una ofrenda, un ritual. Cada vez que la cargas en tus brazos, cada vez que la cambias de pañal, cada vez que la amamantas,


…tu bebé percibe tus pensamientos y tus

sentimientos, y responderá acorde a ellos.


Cuando la estés vistiendo, describe un poco lo que estás haciendo. No hace falta que te conviertas en un cronista deportivo. Pero aprovecha para platicar y decirle que le vas a lavar su carita, que le vas a poner un calcetín, que le vas a cambiar el pañal.


Cuando estés con tu bebé y le hables, permite que te vea a los ojos. Háblale con claridad, pausadamente pero aún natural. Sonríe, muéstrale tu afecto con tus gestos y con el tono de tu voz. Está demostrado que los bebés pueden crear lazos más seguros con padres y cuidadores que les brindan un estímulo anímico, más allá de las meras condiciones físicas. Ellos perciben nuestro tono de voz, nuestros gestos y sonrisas, y responden interna y externamente.


Aprovecha cada momento para conectar con tu bebé. Nada mejor que utilizar canciones de cuna para acompañarle o para ayudarle a dormir. Y no tienes que cantar en voz alta; también puedes sencillamente musitar la melodía con los labios cerrados.


Revive las canciones de cuna que ya conoces, y pide a tus parientes y amigos que te compartan algunas, aunque sea en otros idiomas. También puedes inventar las tuyas propias, si te sientes inspirada o inspirado a hacerlo. La cuestión es mantener al bebé en un ambiente suave y apacible y tu voz será un bálsamo para él o ella.


Lo mismo con los juegos de contacto, como esos de que “este dedito se fue al mercado”, muy recomendables, aunque esos vendrán mejor un poco más adelante. Pero empieza a coleccionarlos, de una vez!


Un masaje suave y delicado puede ser también un gran medio de comunicación. Existen técnicas de masaje para el cólico, y puedes ver un video aquí. También puedes sencillamente darle un masajito de pies o de espalda cuando toma su baño de sol.


Y finalmente, el elemento más importante que necesita tu bebé: el amor de sus padres y cuidadores.

Está demostrado que el sabernos amados y que nuestras necesidades son atendidas es fundamental para el desarrollo físico y emocional del bebé.


El amor humano es el mejor alimento del alma, desde el primer momento en que llega un bebé.