Uno es demasiado pequeño como para pretender hacer grandes cosas.
La meta es más importante que la participación individual.
Cada jugador tiene un lugar donde dar lo mejor de sí.
A medida que el desafío crece, la necesidad de un trabajo en equipo aumenta.
Todo equipo es tan fuerte como lo es su eslabón más débil.
Los equipos triunfantes tienen jugadores que hacen que las cosas sucedan.
La visión da confianza y dirección a los miembros del equipo.
Las malas actitudes arruinan al equipo.
Cuando de contar se trata, los compañeros de equipo deben poder contar los unos con los otros.
El equipo no logra alcanzar su potencial cuando falla en pagar el precio.
El equipo puede hacer ajustes cuando sabe dónde está parado.
Los grandes equipos tienen mucha fuerza colectiva.
Los valores compartidos definen al equipo.
La interacción aviva la acción.
La diferencia entre dos equipos igualmente talentosos es el liderazgo.
Nada duele cuando se está ganando.
La inversión en el equipo crece mucho a través del tiempo.