Blinda el ambiente
Preparar el ambiente para Navidad es algo especial. Aprovecha para convertirlo en una tradición familiar.
¿Cómo es esto? Que puedas elegir cómo se hace y que cada año lo repitan más o menos igual. Te doy ideas:
Otro tip que te quiero ofrecer es que en tu hogar haya cada vez más y más adornos simples, naturales. Descarta todos esos monos que hacen ruido y los Santa Claus caricaturizados. Los niños no necesitan distractores que les hagan sentir que se trata de una época de “fiesta por la fiesta”.
La “magia de la Navidad”, como nos la vende la mercadotecnia, no se trata de ser la casa con más lucecitas de la cuadra, ni de la mesa más grande de postres y bebidas, ni de llenar de regalos el árbol. ¿Eso está mal? No, si lo haces ADEMÁS de incluir el espíritu de la celebración. Pero te darás cuenta de que si tienes muy claro el por qué de tu celebración, todo lo que es superfluo perderá sentido. El ambiente de la celebración de la Navidad podrá recuperar el amor, el asombro y el misterio que la caracterizan. Y los niños viven muy profundamente las experiencias de respeto y reverencia que les brindamos, y éstas tienen un impacto profundo en su alma.
El niño que conoce la reverencia en su infancia, será un
adulto en contacto con su corazón y su humanidad.
Es clásico que los niños reciban un exceso de regalos, sobre todo de la familia cercana. Si fuera posible, habla con ellos de antemano y diles que si les gustaría regalar algo, que por favor sea _______, o bien, que no sea ______; esos espacios en blanco los dejo a tu elección. En vez de, o además de, algún regalo material, también puedes escoger regalar experiencias: ir al bosque, visitar un apiario, hacer velas de cera de abeja, hacer manualidades juntos para decorar la casa, cocinar, decorar galletas, hacer los regalos y tarjetas uno mismo... También considera la opción de donar juguetes, en lugar de solo recibirlos.
Otra idea es que si van a dar regalos, es divertido hacer un intercambio, tener un “amigo secreto”, en donde cada quien da y recibe un solo regalo. Eso puede ser tanto o más divertido que recibir una docena de regalos que no nos interesan.
A veces, cuando queremos darles tanto a los niños, puede suceder una de estas cosas:
Si los niños se vuelven egoístas y demandan más; pero no es culpa de ellos.
Algo que funciona muy bien para reconocer lo que tenemos en el plano material, es regalar a los que menos tienen; podemos ubicar algún orfanatorio o servicio comunitario, para llevar regalos a esos niños y familias. Nos toca generar ese espacio de fraternidad y no fomentar la exigencia de llenarse de regalos. ¿Cuánto es conveniente? Lo dejamos a tu elección.