El Adviento


¿Cómo puedes instaurar un ambiente de más amor, de profunda gratitud, de reverencia en estas fiestas?


Para ello tenemos muchas hermosas tradiciones y costumbres de dónde escoger, lo cual fortalecerá nuestros lazos y cultura familiar. No puedo decir suficientemente cuán importante es en estos tiempos el generar estos lazos de tradiciones en nuestras familias.


Qué mejor que tener aunque sea una sola tradición, que sea propia de tu familia en esta época. Esto genera un sentido de pertenencia, de volver a casa; y créeme que acompañará a tus hijos por el resto de sus vidas.


Joan Almon, quien fuera una reconocida maestra Waldorf de Primera infancia escribió: "En el jardín de infancia Waldorf, los festivales no están pensados para ser "enseñados", sino que se ofrecen de forma ligera, como si se tratara de un cuento de hadas, lo que permite a los niños una gran libertad para acercarse al festival como quieran. Cuando se ofrece con un espíritu de gratitud y con un sentido de asombro y admiración, algo de la esencia de la fiesta puede hablar a los niños".²


El Adviento celebra históricamente la expectativa, los preparativos, el advenimiento del magno evento, y se celebra durante las cuatro semanas que preceden a la Navidad. La Navidad es el nacimiento de Jesús. Así, el Adviento tiene que ver con la preparación interior para recibirlo en nuestro corazón. Me encanta cómo lo describía mi amiga y mentora, la maestra Rosa Barocio: El Adviento es la fase de preparación, es como “vestir” al evento.


Preparar el Adviento con los niños, es fácil, divertido y pleno de significado. Nos conecta como familia desde un espacio de preparación interior. Desde el cuarto domingo antes de Navidad, cada tarde podemos establecer un nuevo ritmo, teniendo un momento para prender una vela, contar un cuento inspirado en la proximidad de la Navidad, cantar villancicos juntos y preparar la casa.


Un hermoso ejemplo que tenemos en México son las posadas. Me refiero aquí a las posadas tradicionales, que por cierto, no empiezan desde noviembre, sino el 16 de diciembre, y en las que se canta la letanía, se pide posada y se rompe una piñata. No perdamos nuestras tradiciones, hay que defender su autenticidad y sobre todo su profundo significado.