Ponerse en los zapatos del otro


En el puente de la empatía, el líder se aventura en el territorio del otro, explorando sus perspectivas y experiencias. Esta inmersión no es un ejercicio superficial, sino un acto de profunda comprensión. Al hacerlo, el líder muestra interés y respeto genuino por las experiencias y opiniones de su equipo, logrando una mayor comprensión de sus motivaciones y desafíos, y una conexión más profunda con cada persona, debido a la confianza que esta actitud naturalmente le inspira.


Ser empático, por tanto, es mucho más que ser amable o agradable hacia los demás; es un acto de profunda conexión en el que me siento y me reconozco como parte del otro, es “ponerme en sus zapatos” y tratar de sentir lo que siente, sin juicio ni agenda personal. Esta virtuosa capacidad es la que llevó a grandes civilizaciones como los Mayas a su esplendor y grandeza, por la unión y la fuerza que tenían, derivadas de la forma de ser unos con otros, empezando por sus líderes, y que se refleja claramente en su saludo: In Lak ´ech Ala K´in, que significa “Yo soy tú, tú eres yo”.