Define claramente qué vendes, enfocándote en el valor y los resultados que ofreces.
Analiza y especifica a quién le vendes, considerando sus necesidades y problemas específicos.
Desarrolla un mensaje claro que refleje cómo tu producto o servicio resuelve problemas reales.
Trabaja en ser reconocido como un experto en tu área, enfocándote en un nicho específico.
Asegúrate de que tu producto o servicio esté diseñado para satisfacer las demandas de tu cliente ideal.
Conecta lo que vendes con tu propósito personal y empresarial.
Realiza una revisión continua de tu enfoque y estrategias, adaptándolas según sea necesario.