Resumen Mide lo que importa – John Doerr



1. Introducción: una idea que transformó la gestión moderna

John Doerr, inversor de riesgo en Silicon Valley, presenta en este libro el sistema OKR (Objectives and Key Results / Objetivos y Resultados Clave), un método probado para definir metas claras, medir el progreso y alinear esfuerzos en cualquier tipo de organización. Inspirado en las enseñanzas de Andy Grove (Intel), Doerr lo aplicó con éxito en empresas como Google, Intel, la Fundación Gates y la campaña ONE de Bono, entre muchas otras.

Los OKR no son solo una técnica de planificación: son una filosofía de ejecución enfocada, medible y ambiciosa que impulsa a los equipos a lograr resultados extraordinarios.



2. El origen: de Intel a Silicon Valley

El padre de los OKR fue Andy Grove, ex CEO de Intel, quien adaptó la antigua “Administración por Objetivos” (APO) de Peter Drucker. Grove la transformó en un sistema más ágil, colaborativo y cuantificable. Su premisa fundamental era simple pero poderosa:



A diferencia de la APO, los OKR:

  1. Son transparentes y públicos.
  2. Se revisan trimestralmente, no anualmente.
  3. Nacen tanto de arriba como de abajo (50% deben venir del equipo).
  4. No se vinculan a bonificaciones, fomentando la creatividad sin miedo al error.
  5. Promueven la flexibilidad y la ambición.

Grove enseñó que los OKR son un instrumento de aprendizaje continuo: una herramienta, no un arma de control.



3. Google y el nacimiento de una cultura de resultados

En 1999, Doerr presentó los OKR a los jóvenes fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin. Los objetivos se convirtieron en el ADN de la compañía. Cada trimestre, Google define sus metas globales, las comparte abiertamente y mide los avances con rigor. Los resultados hablan por sí solos: siete productos con más de mil millones de usuarios cada uno (Search, Android, YouTube, Chrome, etc.).

El caso de Google demuestra que los OKR permiten mantener claridad, foco e innovación a gran escala.



4. Los cuatro “superpoderes” de los OKR

1️⃣ Concentrarse y comprometerse con las prioridades


Los OKR obligan a elegir lo esencial. Una organización solo puede enfocarse en 3 a 5 objetivos clave por ciclo. Este enfoque evita la dispersión, permite decisiones estratégicas difíciles y mantiene la energía donde realmente importa.

2️⃣ Coordinarse y conectar para trabajar en equipo


La transparencia de los OKR rompe silos y une a todos en torno a metas comunes. Cada empleado puede ver cómo su trabajo contribuye al propósito general. El resultado es alineamiento, colaboración y sentido compartido de misión.

3️⃣ Realizar el seguimiento de las responsabilidades


Los OKR no se archivan: se revisan constantemente. Los resultados se califican de forma objetiva (“cumplido” o “no cumplido”) y se ajustan según las circunstancias. El seguimiento fomenta la responsabilidad, el aprendizaje y la mejora continua.

4️⃣ Exigirse lo imposible


Los OKR animan a ir más allá de lo cómodo. Los objetivos aspiracionales (“stretch goals”) buscan alcanzar entre el 60 % y el 70 % de cumplimiento. Fracasar parcialmente se considera un éxito si el reto era lo bastante alto. Este principio crea una cultura donde la ambición y la innovación superan el miedo al fracaso.




5. CFR: el lado humano de los OKR

Doerr complementa los OKR con los CFR (Conversaciones, Feedback y Reconocimiento), una herramienta para mantener la motivación y el desarrollo humano continuo.

  1. Conversaciones: espacios abiertos y frecuentes entre líderes y colaboradores.
  2. Feedback: retroalimentación honesta, inmediata y constructiva.
  3. Reconocimiento: celebración del esfuerzo, el progreso y los logros.

Los CFR reemplazan la obsoleta evaluación anual de desempeño, fomentando una cultura viva de comunicación y aprendizaje.




6. Casos emblemáticos

  1. Intel: aplicó los OKR en la “Operación Crush”, recuperando el liderazgo en el mercado de microprocesadores.
  2. Google: los OKR se convirtieron en la columna vertebral de su cultura de ejecución.
  3. Fundación Bill & Melinda Gates: los usa para medir avances contra enfermedades globales.
  4. ONE (Bono): aplicó los OKR para enfocar campañas internacionales contra la pobreza y el sida.
  5. Zume Pizza: ejemplo moderno de cómo una startup usa OKR y robótica para optimizar toda su operación.


Estos ejemplos demuestran la versatilidad del sistema, aplicable tanto en tecnología como en salud, filantropía o manufactura.


7. Principios de implementación

  1. Menos es más: prioriza pocos objetivos, pero bien definidos.
  2. Defínelos juntos: combina dirección estratégica con participación individual.
  3. Ajusta sobre la marcha: los OKR son dinámicos, no rígidos.
  4. No los uses para evaluar desempeño: su fin es mejorar, no castigar.
  5. Evalúa y aprende: cada ciclo cierra con revisión y aprendizaje colectivo.
  6. Paciencia: se necesitan varios trimestres para dominar la metodología.





8. Cultura y liderazgo

Los OKR funcionan solo si existe una cultura de confianza, apertura y aprendizaje. Los líderes deben ser mentores y facilitadores, no controladores. La gestión del rendimiento pasa de ser jerárquica a ser colaborativa, transparente y basada en propósito.

“En una cultura OKR, los cargos importan menos que los datos, y los jefes se convierten en entrenadores del talento.”



9. Lecciones de Andy Grove (“Higiene OKR”)

  1. Selecciona con cuidado: 3–5 objetivos, cada uno con hasta 5 resultados clave.
  2. Sé flexible: modifica o elimina OKR que pierdan relevancia.
  3. Atrévete a fallar: los errores son señales de aprendizaje.
  4. Desvincula del salario: los OKR no son contratos ni castigos.
  5. Sé paciente: la madurez del sistema requiere práctica y constancia.




10. Conclusión: medir para crecer

Mide lo que importa, enseña que la claridad genera compromiso y el compromiso genera resultados. Los OKR no son una moda, sino una herramienta transformadora que combina disciplina estratégica con libertad creativa. Cuando se integran con los CFR, crean empresas más ágiles, humanas y enfocadas.

“Los OKR cambian la forma en que trabajamos, colaboramos y soñamos. No se trata solo de medir lo que importa, sino de convertir lo que importa en realidad.”