“Rodéate de quien potencia tu mejor versión.” — Marian Rojas Estapé
El ser humano está diseñado para vincularse. Desde el inicio de la vida, el cerebro se desarrolla en relación con otros: el contacto, la mirada, el tono de voz y la seguridad afectiva moldean la arquitectura emocional. La neurobiología demuestra que las relaciones generan cambios químicos profundos: oxitocina para el apego y la confianza; serotonina y dopamina para la sensación de bienestar; cortisol cuando hay tensión o amenaza.Según Marian Rojas Estapé, nuestras relaciones son uno de los mayores determinantes de nuestra salud física y mental. No solo influyen en cómo nos sentimos, sino en cómo pensamos, cómo regulamos emociones y cómo interpretamos la realidad. Una relación sana puede calmar el sistema nervioso; una relación dañina puede activarlo constantemente. Por eso, comprender el impacto biológico del entorno afectivo es clave para construir una vida equilibrada.
El libro introduce el concepto de personas vitamina: individuos que nutren, elevan, inspiran y potencian nuestras capacidades. Son personas con presencia emocional estable, que transmiten serenidad, apoyo, escucha y claridad. Su compañía genera bienestar físico y mental. Estar con ellas regula el cortisol, activa circuitos de recompensa sanos y aumenta la resiliencia.En contraste, existen relaciones que desgastan, confunden o drenan energía: personas tóxicas, que pueden ser críticas, manipuladoras, egocéntricas, inestables emocionalmente o caóticas en su forma de relacionarse. No se trata de “etiquetar” a otros, sino de reconocer dinámicas objetivamente dañinas.La autora explica tres mecanismos clave que amplifican el impacto de las relaciones:
1. Resonancia emocional Las emociones se contagian. La convivencia con personas ansiosas, negativas o agresivas puede activar nuestras propias respuestas de estrés. Del mismo modo, la calma emocional de una persona vitamina puede armonizar nuestra mente.
2. Modelado y espejo emocionalLas relaciones funcionan como espejos: reflejan nuestras heridas, inseguridades, miedos y patrones. Algunas relaciones sacan lo mejor de nosotros; otras reactivan heridas profundas.
3. Toxicidad relacionalSe manifiesta en forma de chantaje emocional, manipulación, crítica constante, ausencia de empatía o ego excesivo. Esta toxicidad agota, confunde y deteriora la autoestima. La mente, en presencia de estas dinámicas, entra en alerta y libera cortisol de manera sostenida.El capítulo subraya que elegir bien a quién dejamos entrar en nuestra vida es una decisión profundamente biológica: determina nuestro nivel de estrés, claridad mental y bienestar emocional.
El cuidado del entorno emocional es la capacidad de seleccionar relaciones sanas, poner límites firmes y construir vínculos que potencien estabilidad, crecimiento y calma interior.
Qué hacer (microacciones)
Herramienta / hookMapa relacional 3-2-1:
Este mapa permite reorganizar el entorno emocional de manera consciente.
Resultado esperadoUn entorno más estable, menor activación del estrés, vínculos más sanos y fortalecimiento de la autoestima. La persona se siente más acompañada, más comprendida y más capaz de regular emociones.
BeneficioLas relaciones adecuadas potencian la salud mental, la claridad interior y la capacidad de avanzar. Un buen entorno reduce estrés, mejora el ánimo y amplifica la motivación.
Marian Rojas Estapé afirma que pocas decisiones influyen tanto en la calidad de vida como las relaciones que elegimos. El entorno es un predictor poderoso de salud emocional: puede sostener o hundir, impulsar o bloquear, sanar o herir. Rodéate de personas vitamina es un acto de inteligencia emocional y cuidado propio.Al reorganizar tu vida relacional, tu mente se calma, tu energía se ordena y tu capacidad de ver oportunidades aumenta. Cuando eliges bien tu entorno, las cosas buenas no solo pueden pasar… también encuentran espacio para quedarse.