“El propósito es un ancla que ordena la vida.” — Marian Rojas Estapé
En este capítulo, Marian Rojas Estapé conecta sus observaciones clínicas con principios de la logoterapia de Viktor Frankl, que sostiene que la necesidad más profunda del ser humano no es el placer ni el poder, sino el sentido. Tener un propósito —una razón para levantarse cada mañana— estructura la mente, ordena las prioridades y sostiene la capacidad de resistir la adversidad.La autora explica que el propósito no es una meta puntual, sino un eje vital que orienta decisiones, hábitos y relaciones. Cuando falta sentido, la persona experimenta vacío, dispersión, ansiedad y sensación de desconexión interna. La motivación interna se debilita y la vida se vuelve reactiva.El propósito funciona como un GPS emocional: no elimina las dificultades, pero da dirección y convierte el esfuerzo en algo significativo. Desde la neurociencia, tener metas con significado activa circuitos de recompensa más estables que la dopamina inmediata del consumo o la distracción, generando bienestar profundo y duradero.
La autora señala que la identidad —la forma en que nos definimos— está estrechamente relacionada con el propósito. Cuando la identidad es difusa o dependiente de la validación externa, las decisiones se vuelven frágiles y cambiantes.El propósito, en cambio, se nutre de:
1. Valores personales
Los valores actúan como faros que iluminan lo que es importante. Vivir en contradicción con los propios valores genera conflicto interno.
2. Coherencia
La coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos fortalece la identidad. La incoherencia genera ansiedad y ruido mental.
3. Decisiones con dirección
Cuando existe una visión clara, las decisiones dejan de ser impulsivas y se vuelven intencionales. La vida se reorganiza, las prioridades se vuelven evidentes y el estrés disminuye, porque el propósito filtra lo que importa de lo que sobra.
4. Resiliencia y adversidad
El propósito amortigua el impacto del sufrimiento. Las personas con sentido encuentran significado incluso en situaciones difíciles; en lugar de preguntar “¿por qué me pasa esto?”, se preguntan “¿para qué puedo usar esto?”.Este enfoque transforma la vida: en vez de vivir en automático, la persona construye un camino deliberado, alineado con su esencia.
Clarificar el propósito es el proceso de identificar qué da sentido a tu vida —valores, talentos, contribución, relaciones y visión de futuro— y usarlo como brújula para tus decisiones.
Qué hacer (microacciones)
Herramienta / hookEl mapa del propósito en 4 preguntas:
Este mapa convierte el propósito en una hoja de ruta práctica.
Resultado esperado
Mayor claridad interna, decisiones más estables, reducción del ruido mental y una sensación creciente de coherencia y dirección.
Beneficio
La persona deja de reaccionar a la vida y empieza a orientarla. El estrés disminuye, la motivación aumenta y la identidad se fortalece. Vivir con propósito convierte la existencia en un proceso significativo, no en una sucesión de tareas.
Marian Rojas Estapé afirma que la verdadera plenitud aparece cuando dejamos de funcionar por inercia y comenzamos a vivir desde la conciencia. El propósito devuelve orden, serenidad y dirección.Vivir con sentido no garantiza una vida sin dificultades, pero sí permite afrontarlas con propósito, resiliencia y dignidad. La vida adquiere profundidad. Y en esa profundidad —no en la prisa ni en la dispersión— comienzan a suceder cosas verdaderamente buenas.