Capítulo 8 — Cómo empezar a atraer ‘cosas buenas’


“Las cosas buenas llegan cuando tu mente está en condiciones de recibirlas.” — Marian Rojas Estapé




Introducción conceptual: la mente como filtro de la realidad

En este capítulo, Marian Rojas Estapé plantea una premisa central: la mente no solo interpreta la realidad, sino que la filtra. Nuestros pensamientos, creencias, heridas, expectativas y estados emocionales actúan como lentes que determinan qué vemos, qué ignoramos y cómo reaccionamos. Dos personas frente a la misma situación pueden vivir experiencias completamente distintas dependiendo del filtro mental desde el que observan.

La autora explica que este filtro no es un fenómeno mágico ni esotérico: es neurobiología pura. El cerebro presta atención selectiva a lo que coincide con nuestras creencias o estados emocionales. Si la mente está en estrés, solo percibe amenazas; si está en calma, ve soluciones. Cuando la mente está herida, interpreta todo desde la desconfianza; cuando está entrenada, encuentra matices, oportunidades y sentido.

Por eso, “atraer cosas buenas” no es un acto de suerte, sino el resultado de un estado mental capaz de reconocer, recibir y generar experiencias más positivas.

Expectativas, energía mental, enfoque positivo científico

Expectativas

Las expectativas crean una profecía emocional. Cuando esperamos peligro, fracaso o rechazo, la mente se prepara para ello y el cuerpo responde con estrés, anticipación y bloqueo. A la inversa, expectativas realistas y constructivas abren espacio para la creatividad, la apertura y la acción inteligente.

Las expectativas no cambian la realidad, pero sí cambian la forma en que la enfrentamos, y eso modifica profundamente los resultados.

Energía mental

La autora describe la energía mental como el “combustible emocional” disponible para enfrentar la vida. Vivir en alerta constante drena esa energía, mientras que los hábitos de calma, descanso, gratitud, relaciones sanas y propósito la regeneran. Una mente agotada interpreta todo negativamente. Una mente descansada puede ver oportunidades donde antes solo veía obstáculos.

Enfoque positivo científico

Marian Rojas Estapé diferencia el enfoque positivo real del optimismo ingenuo. El enfoque positivo científico consiste en entrenar al cerebro para detectar lo valioso, lo que sí funciona, lo que sí está disponible. Esto fortalece circuitos neuronales asociados a la resiliencia, la motivación y el bienestar. No se trata de negar lo negativo, sino de impedir que lo negativo ocupe todo el espacio mental.

El cerebro cambia mediante repetición: cuanto más entrenamos el enfoque positivo, más probable es que la mente identifique experiencias positivas y las convierta en nuevas oportunidades.

Aplicación práctica

Orientar la mente al bienestar es dirigir de manera consciente los pensamientos, la atención y la energía hacia patrones que favorecen calma, claridad y crecimiento. Es un entrenamiento continuo que reconfigura el filtro mental.

Qué hacer (microacciones)

  1. Cada mañana, formular una intención: “Hoy quiero actuar desde la calma / claridad / amabilidad”.
  2. Reducir el diálogo interno catastrófico sustituyéndolo por preguntas constructivas.
  3. Practicar 3 minutos de respiración consciente cuando surja preocupación o anticipación.
  4. Registrar diariamente 1 cosa que salió bien, por pequeña que sea.
  5. Observar pensamientos negativos sin pelear con ellos, dejando que pasen sin identificarse con ellos.
  6. Introducir pequeñas acciones de bondad hacia otros: la generosidad regula el sistema emocional.
  7. Alimentar relaciones vitamina para fortalecer estados mentales constructivos.
  8. Revisar expectativas: eliminar las irreales y reformular las que generan bloqueo.


Herramienta / hook

La regla del “cambio mínimo”:

Cuando aparezca un pensamiento negativo, cambia al menos una palabra:

  1. De “todo va a salir mal” a “algo puede salir bien”.
  2. De “nunca puedo” a “puedo intentarlo”.
  3. Ese cambio mínimo abre una ruta mental diferente.


Resultado esperado

Reducción del ruido mental negativo, aumento del bienestar subjetivo, más claridad para tomar decisiones y mayor capacidad para percibir oportunidades.

Beneficio

La mente se vuelve más flexible, menos reactiva y más capaz de construir experiencias positivas. Las “cosas buenas” no dependen solo del entorno: son fruto de un estado mental que reconoce, valora y genera bienestar.

Reflexión final: cuando cambias por dentro, cambia lo que te ocurre

La autora concluye que la vida no mejora únicamente cuando cambian las circunstancias externas, sino cuando cambia la forma en que las interpretamos y las enfrentamos. La transformación interior —calma, propósito, atención, regulación emocional, hábitos sanos— modifica de raíz nuestro filtro mental.

Cuando ese filtro se vuelve más claro, equilibrado y consciente, las oportunidades se reconocen mejor, las relaciones se vuelven más sanas, las decisiones más acertadas y la vida más coherente.

Entonces, lo que llamamos “cosas buenas” deja de ser un golpe de suerte y se convierte en la consecuencia natural de una mente preparada para recibirlas.